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30 de octubre de 2025

Guía práctica: test de estrés para empresas

Descubre cómo el test de estres puede transformar tu empresa: aprende a implementarlo para reducir rotación y mejorar la productividad y el bienestar.

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Imagina este escenario, seguro te suena familiar en muchas oficinas de México: tienes un equipo talentoso, de esos que siempre da el extra, pero de repente los notas agotados, desmotivados y su rendimiento empieza a bajar. Como líder, te preguntas qué está pasando.

Justo ahí es donde un test de estrés deja de ser una simple evaluación para convertirse en un termómetro estratégico, uno que mide la verdadera salud de tu cultura organizacional.

¿Por qué tu empresa necesita un test de estrés?

Líderes de equipo revisando datos sobre el bienestar de los empleados en una tableta.

Aplicar un test de estrés no se trata de buscar culpables. Se trata de obtener un diagnóstico claro y empático del bienestar de tu gente. No lo veas como un gasto, sino como una inversión directa en el activo más valioso que tienes: las personas que hacen posible tu empresa.

El objetivo es simple: tener una foto precisa de los niveles de presión que enfrentan tus colaboradores, entender de dónde viene esa presión y, lo más importante, actuar antes de que se convierta en un problema mayor como el burnout o una rotación que no para.

El contexto del estrés laboral en México

La situación en nuestro país hace que esto sea más urgente que nunca. En México, el estrés laboral ha tocado niveles que ya no podemos ignorar. Según datos recientes, el 75% de los trabajadores mexicanos padece estrés agudo, una cifra que nos pone entre los países con los niveles más altos del mundo.

Fenómenos como la pandemia y las jornadas extenuantes solo han complicado el panorama. Hacerse de la vista gorda ya no es una opción, pues las consecuencias pegan directo en la productividad, la moral del equipo y hasta en la estabilidad financiera de la compañía.

Más que datos: una herramienta de cambio

Un test de estrés bien diseñado es como un mapa detallado de la salud de tu organización. Te ayuda a ver si el problema está en la carga de trabajo, en la falta de claridad sobre lo que se espera de cada quien, en el estilo de liderazgo o en una comunicación interna que no fluye.

En pocas palabras, transforma las suposiciones en datos concretos para que puedas tomar decisiones con la certeza de que estás apuntando al problema real.

Un equipo que se siente bien es la base de una empresa resiliente. Medir el estrés no es una señal de debilidad; al contrario, es una muestra de liderazgo proactivo y de un compromiso real con tu gente.

Con esta guía, te llevaremos de la mano para que entiendas, diseñes y apliques un test de estrés que de verdad funcione. El objetivo es convertir esa información en un ambiente de trabajo más sano, productivo y comprometido, fortaleciendo así la prevención de riesgos psicosociales en tu organización.

¿Qué es realmente un test de estrés laboral?

Vamos a desmitificar esto de una vez por todas. Un test de estrés laboral no es un examen médico para tus colaboradores. Tampoco es una prueba psicológica clínica que busque diagnosticar personas. Es clave aclarar esto desde el principio para que el equipo lo vea como lo que es: una herramienta de mejora para todos.

Piénsalo más bien como una radiografía de la organización. Es un instrumento diseñado para identificar, de forma anónima y agrupada, los niveles de estrés y, lo más importante, sus causas de raíz dentro del entorno de trabajo. Su objetivo no es señalar a gente, sino a procesos, dinámicas o factores culturales que podrían estar afectando el bienestar general.

Un mapa para la salud de la empresa

Más que una prueba de rendimiento individual, un test de estrés es un mapa que te muestra dónde están los baches que frenan el bienestar y la productividad de tu equipo. Te ayuda a responder preguntas clave como:

  • ¿La carga de trabajo es una fuente de presión constante? Permite ver si el volumen de tareas es manejable o si está llevando a los equipos al límite.

  • ¿La comunicación interna fluye como debería? Detecta si la falta de claridad o ciertos estilos de liderazgo están generando incertidumbre o roces.

  • ¿La gente siente que tiene control sobre su trabajo? Evalúa la autonomía y el empoderamiento, dos factores clave para la motivación.

  • ¿Existe un equilibrio sano entre la vida laboral y personal? Identifica si las expectativas de la empresa están invadiendo el tiempo de descanso.

Con esta información, dejas de tomar decisiones basadas en intuiciones. Obtienes datos sólidos y confidenciales para crear programas de bienestar que de verdad funcionen, porque atacan los problemas de fondo. Para profundizar en cómo el estrés no gestionado puede escalar, puedes leer nuestro artículo sobre estrés laboral y burnout, la epidemia silenciosa.

El propósito de un test de estrés no es encontrar fallas en las personas, sino descubrir oportunidades de mejora en la organización. Es una herramienta proactiva que demuestra un compromiso genuino con el bienestar del equipo.

¿Qué no es un test de estrés laboral?

Para que la implementación sea un éxito, es fundamental comunicar con claridad lo que este test no es. No es una herramienta para:

  • Evaluar el desempeño individual de los empleados.

  • Justificar despidos o cambios en la plantilla.

  • Comparar a un colaborador con otro.

  • Realizar diagnósticos de salud mental a nivel personal.

Al eliminar estos miedos, fomentas que las respuestas sean mucho más honestas y transparentes. Y eso, a su vez, te dará datos más valiosos y precisos. En esencia, un test de estrés bien ejecutado es un acto de escucha activa a gran escala; un primer paso fundamental para construir una cultura de trabajo más saludable, empática y, como resultado, mucho más productiva.

Beneficios de medir el estrés en tu equipo

Un equipo de trabajo colaborando felizmente en un espacio de oficina moderno.

Implementar un test de estrés va mucho más allá de simplemente acumular datos. Se trata de una inversión estratégica con beneficios tangibles para el negocio. Cuando mides y gestionas el estrés de forma proactiva, no solo estás cuidando la salud mental de tu gente, sino que estás fortaleciendo la salud financiera y operativa de toda la empresa.

Los resultados son directos y claros. Un equipo menos estresado es más creativo, colabora mejor y, por supuesto, se compromete más a fondo con los objetivos.

Reducción de costos ocultos

Quizás uno de los beneficios más inmediatos y fáciles de medir es la disminución de gastos ligados al ausentismo y a la alta rotación de personal. Un ambiente laboral estresante se traduce casi siempre en más días de enfermedad y en una fuga constante de talento. Esto, a su vez, genera costos enormes en reclutamiento y capacitación de nuevos elementos.

Al identificar y atacar las fuentes de estrés, logras que tus mejores colaboradores se queden y minimizas las pausas forzadas en la productividad. Esto se refleja directamente en los números, convirtiendo el bienestar en un claro retorno de inversión.

Impulso a la productividad y la innovación

El estrés crónico es el peor enemigo de la creatividad y la concentración. Cuando los colaboradores viven bajo una presión constante, su capacidad para resolver problemas complejos y proponer ideas nuevas se desploma.

Un test de estrés funciona como un diagnóstico que te permite crear un entorno donde la gente pueda enfocarse y dar lo mejor de sí. Al reducir esa carga mental, liberas el verdadero potencial de tu equipo. Esto se traduce en:

  • Mejores decisiones: Equipos más calmados y centrados analizan los problemas con mayor claridad y toman decisiones mucho más estratégicas.

  • Mayor colaboración: Un clima laboral positivo facilita el trabajo en equipo y la comunicación abierta, eliminando la fricción que suele causar el estrés.

  • Fomento de la creatividad: Las mentes libres de la carga del estrés tienen más espacio para pensar "fuera de la caja" y encontrar soluciones innovadoras a los retos del negocio.

Fortalecimiento de la marca empleadora

En un mercado laboral tan competido como el actual, las empresas que demuestran un interés genuino por su gente tienen una ventaja enorme. Aplicar un test de estrés y, sobre todo, actuar sobre sus resultados, envía un mensaje poderoso y claro: "nos importas y te escuchamos".

Este compromiso no solo mejora la reputación de tu empresa, haciéndola más atractiva para el talento de alto nivel, sino que también fortalece la lealtad de tus empleados actuales. Se sienten más valorados y, por lo tanto, más conectados con la misión de la organización.

Un equipo que se siente cuidado es un equipo leal. Invertir en su bienestar no solo es lo correcto, es la estrategia más inteligente para el crecimiento sostenible de la empresa.

Ignorar el estrés laboral tiene consecuencias directas, mientras que gestionarlo proactivamente abre la puerta a beneficios medibles. Aquí te mostramos una comparación clara de ambos escenarios.

Área de impacto

Consecuencia del estrés no gestionado

Beneficio de la gestión proactiva

Talento

Alta rotación, dificultad para atraer perfiles de alto nivel y pérdida de conocimiento institucional.

Mayor retención de talento, atracción de nuevos perfiles y equipos más leales.

Productividad

Descenso en el rendimiento, aumento de errores, falta de enfoque y reuniones poco efectivas.

Equipos más enfocados, decisiones más ágiles, mayor creatividad y colaboración fluida.

Costos

Aumento del ausentismo, gastos elevados en reclutamiento y capacitación constante de reemplazos.

Reducción de costos por ausentismo y rotación, optimizando el retorno de inversión en talento.

Clima Laboral

Ambiente de desconfianza, conflictos internos, comunicación deficiente y bajo compromiso emocional.

Cultura de confianza y apoyo mutuo, mejor comunicación y un sentido de pertenencia más fuerte.

Como muestra la tabla, la diferencia entre reaccionar al problema y anticiparse a él es abismal. Medir el estrés es el primer paso para construir una cultura organizacional donde el bienestar físico y emocional no sea un lujo, sino el pilar del éxito.

Tipos de test de estrés: ¿cuál es el ideal para tu equipo?

No hay una sola manera de medir el estrés en una empresa. Pensar en un "test de estrés" no es como aplicar una fórmula matemática; se trata de encontrar el método que haga sentido para la cultura, el tamaño y los objetivos de tu organización.

La herramienta perfecta no es la más compleja, sino la que te da los datos que necesitas de una forma que tu equipo sienta segura y constructiva.

Algunos métodos son como una foto panorámica: rápidos, cuantitativos y te dan una idea general. Otros son como sentarte a tomar un café con alguien: más profundos, cualitativos y te ayudan a entender el "porqué" detrás de los números. La estrategia más inteligente casi siempre combina un poco de ambos.

Cuestionarios de autoevaluación anónimos

Este es, por mucho, el punto de partida más común y accesible. Son encuestas, casi siempre en línea, que los colaboradores responden de forma 100% anónima. Su magia está en que te permiten tomarle el pulso al estado de ánimo colectivo de manera rápida y medible.

Al garantizar que nadie sabrá quién respondió qué, se crea un espacio de confianza que invita a la honestidad. La gente se atreve a decir lo que realmente piensa. Estos cuestionarios suelen usar escalas estandarizadas para medir cómo cada persona percibe las situaciones de presión.

  • Ideal para: Empresas de cualquier tamaño que necesitan un primer diagnóstico. Es como hacer una radiografía para ver dónde podría haber un problema.

  • Qué obtienes: Cifras claras sobre los niveles generales de estrés y la identificación de las áreas o departamentos que están bajo más presión.

  • Ojo aquí: La comunicación es todo. Si no explicas bien por qué lo haces y cómo protegerás el anonimato, la gente no participará o no será sincera.

Entrevistas grupales o focus groups

Si el cuestionario es la radiografía, los focus groups son la conversación que le da contexto. Este método es pura calidad sobre cantidad. Se trata de reunir a grupos pequeños de empleados, ojalá de diferentes áreas, para conversar de manera abierta y guiada sobre el ambiente de trabajo.

Un moderador experto guía la plática para ir más allá de los síntomas y explorar las causas reales del estrés: las dinámicas de equipo, la percepción sobre la carga de trabajo o el estilo de liderazgo. Su verdadero valor está en las historias y los matices que los números jamás podrán contarte.

Los focus groups le ponen cara a los datos. Te permiten escuchar directamente las preocupaciones y las ideas de tu equipo, convirtiendo un análisis frío en una conversación humana.

Encuestas personalizadas a la medida

Esta es la opción más estratégica y, sin duda, la más potente. Es como diseñar un traje a la medida en lugar de comprar uno genérico. Combina lo mejor de los dos mundos: la capacidad de llegar a todos (como los cuestionarios) y la profundidad de las conversaciones (como los focus groups).

Aquí, se diseña una encuesta específica para tu empresa, que hable de tus valores, tu estructura y los retos únicos que enfrenta tu gente. Se mezclan preguntas de opción múltiple con preguntas abiertas que invitan a la reflexión. Así, no solo obtienes el "qué" (los datos duros), sino también el "porqué" (el contexto).

  • Ideal para: Organizaciones que ya intuyen cuáles son sus puntos débiles y quieren una visión 360° para crear soluciones que de verdad funcionen.

  • Qué obtienes: Un diagnóstico completísimo que conecta los niveles de estrés con factores específicos de tu cultura, liderazgo y procesos.

  • Ojo aquí: Requiere más tiempo de diseño y análisis, pero la inversión se paga sola con la precisión de los hallazgos.

Entonces, ¿cuál elegir? Depende de tus recursos, del nivel de confianza que ya exista en tu equipo y de qué tan profundo quieras llegar.

Muchas veces, lo más efectivo es ir por fases. Empieza con un cuestionario anónimo para tener un mapa general del terreno. Después, usa los focus groups para explorar a fondo las zonas que el mapa marcó en rojo. Lo importante, al final, no es la herramienta que uses, sino dar el primer paso para escuchar de verdad a tu equipo.

Cómo implementar un test de estrés paso a paso

Transformar la idea de medir el estrés en una acción real es mucho más sencillo de lo que imaginas, sobre todo si sigues un plan claro. Implementar un test de estrés no es solo cuestión de mandar una encuesta y ya. Se trata de gestionar un proceso completo que construya confianza y te entregue resultados con los que puedas trabajar.

Para facilitarte el camino, hemos diseñado un proceso práctico de cinco pasos, pensado para líderes y equipos de Recursos Humanos que de verdad quieren generar un cambio positivo en su organización.

1. Comunica con transparencia y propósito

El éxito de cualquier test de estrés depende casi por completo de la confianza. Si tus colaboradores no entienden para qué lo haces o, peor aún, temen que sus respuestas los perjudiquen, no vas a conseguir la honestidad que necesitas.

Antes de lanzar nada, comunica claramente el objetivo: queremos entender mejor los desafíos del equipo para construir juntos un ambiente de trabajo más sano. Garantiza el anonimato y la confidencialidad desde el primer minuto. Tiene que quedar clarísimo.

Un mensaje claro y empático es la base de todo. Comunica que no se buscan culpables, sino soluciones para que todos estén mejor.

2. Diseña el test con preguntas clave

Ahora sí, vamos a las preguntas. Un buen test no solo mide si la gente se siente estresada, sino que investiga por qué. Tus preguntas deben cubrir las distintas dimensiones del día a día laboral.

Aquí te dejamos algunas ideas de áreas a explorar, con ejemplos que puedes adaptar:

  • Carga de Trabajo:

    • “¿Sientes que tu carga de trabajo es manejable en una semana normal?”

    • “¿Cuentas con el tiempo y los recursos para hacer tus tareas con calidad?”

  • Liderazgo y Apoyo:

    • “¿Recibes retroalimentación clara y constructiva de tu líder directo?”

    • “¿Sientes que tu líder se preocupa de verdad por tu bienestar?”

  • Equilibrio Vida-Trabajo:

    • “¿Logras desconectarte mentalmente del trabajo cuando termina tu jornada?”

    • “¿La cultura de la empresa respeta tu tiempo personal y de descanso?”

3. Gestiona la logística de la aplicación

Ya tienes el qué y el porqué, ahora toca definir el cómo. La logística debe ser súper sencilla, tanto para ti como para tus colaboradores.

Primero, elige la herramienta. Plataformas como SurveyMonkey o Google Forms son perfectas para crear cuestionarios anónimos y fáciles de analizar después.

Luego, define un plazo realista. Normalmente, una o dos semanas es tiempo suficiente para que la mayoría participe sin que la iniciativa pierda fuerza.

4. Analiza los resultados para encontrar patrones

No te preocupes, no necesitas ser un científico de datos para esto. La clave está en buscar patrones y tendencias, no en clavarte en respuestas individuales. Agrupa los datos por departamento, rol o antigüedad para ver si ciertos grupos sienten más estrés que otros.

¿El equipo de ventas reporta más presión por la carga de trabajo? ¿Los colaboradores más nuevos sienten que les falta apoyo? Identificar estos focos te permitirá dirigir tus esfuerzos justo donde más se necesitan.

5. Crea un plan de acción concreto

Este es el paso más importante de todos. Es el que demuestra el compromiso real de la empresa. Un test de estrés sin un plan de acción es peor que no hacer nada, porque solo genera desconfianza y cinismo.

Una vez que tengas los hallazgos, comunica los resultados generales al equipo (siempre de forma anónima y agregada). Después, presenta un plan de acción con iniciativas específicas y claras. Si el estrés físico es un problema, por ejemplo, podrías implementar pausas activas o sesiones de masaje en silla. Para más ideas, aquí te dejamos una guía sobre cómo reducir el estrés laboral.

El impacto del estrés va más allá del estado de ánimo; golpea directamente la salud física. En México, se estima que al menos el 40% de la población enfrenta problemas de salud como gastritis o irritabilidad por culpa de las jornadas laborales extenuantes. Es un tema serio, y es momento de actuar.

Cómo convertir los datos en programas de bienestar

Un test de estrés te entrega el "qué". Pero el verdadero valor está en el "cómo". Los resultados que obtienes no son el destino, sino el punto de partida. Son el mapa que necesitas para diseñar un programa de bienestar que tu equipo realmente valore, porque responde a sus necesidades reales y no a simples suposiciones.

En lugar de lanzar iniciativas genéricas con la esperanza de que funcionen, los datos te permiten actuar con precisión.

Por ejemplo, si los resultados revelan que la principal fuente de estrés es la tensión física acumulada por horas frente a la computadora, una de las soluciones más directas y apreciadas son los masajes corporativos. Es una acción tangible que ataca el problema de raíz y le demuestra a tu gente que la empresa no solo escucha, sino que actúa.

De los datos a la acción con un aliado estratégico

Aquí es donde Zen to Go se convierte en tu aliado estratégico. Nuestros servicios están pensados para integrarse de forma natural en la jornada laboral, ofreciendo un alivio inmediato justo donde y cuando más se necesita.

  • Masajes En Escritorio: Eficientes y sin interrupciones. Permiten a los empleados relajarse mientras continúan trabajando, sin necesidad de equipo adicional. Perfecto para una rápida relajación en el lugar de trabajo.

  • Masajes En Silla Shiatsu: Nuestra modalidad más popular y versátil. Requiere solo un espacio reducido y se realiza sin que tus empleados tengan que quitarse la ropa. Es ideal para espacios limitados y muy popular para eventos.

Una vez que tienes los datos del test de estrés, es clave saber cómo presentarlos para impulsar decisiones. Para inspirarte en cómo estructurar tus hallazgos, puedes revisar estos ejemplos de informes empresariales que te ayudarán a comunicar la información de manera clara y convincente.

La mejor estrategia de bienestar es la que responde a una necesidad real. Los datos de un test de estrés eliminan las suposiciones y te permiten invertir en lo que de verdad le importa a tu gente.

Desde que empezamos en 2019, hemos visto cómo estas intervenciones transforman por completo el ambiente laboral. Basado en encuestas semestrales de satisfacción realizadas a colaboradores de empresas que implementan programas de bienestar corporativo con Zen to Go: un 79% reporta una reducción de estrés y un 99% siente que su empresa valora su bienestar al recibir estos servicios.

Estos números demuestran que invertir en bienestar tangible no solo mejora la moral; fortalece la cultura y dispara la productividad. Para saber más sobre cómo estructurar estas iniciativas, te recomendamos explorar nuestra guía sobre programas de bienestar laboral.

Preguntas frecuentes sobre el test de estrés

Lanzar por primera vez un test de estrés siempre genera preguntas, y es completamente normal. Para los equipos de Recursos Humanos, las dudas giran en torno a cómo hacerlo bien, de forma segura y que realmente sirva para algo. Aquí resolvemos las más comunes para que puedas dar el siguiente paso con confianza.

¿Con qué frecuencia deberíamos aplicarlo?

No hay una fórmula mágica, pero sí un principio clave: la constancia. Ver el test de estrés como un chequeo periódico de la salud de tu equipo es la mejor estrategia.

Lo ideal es hacerlo de forma semestral o, como mínimo, anual. Esta cadencia te permite no solo tomarle el pulso a la organización, sino también medir si tus iniciativas de bienestar están funcionando y anticiparte a nuevos focos de tensión. Eso sí, es casi obligatorio aplicarlo después de un cambio fuerte, como una fusión, una reestructura o tras cerrar un trimestre complicado. Es la única forma de saber cómo lo vivió realmente el equipo.

¿Cómo garantizamos que la gente responda con honestidad?

La confianza lo es todo. Si la gente no se siente segura, las respuestas no servirán de nada. La clave es la comunicación transparente y directa. Hay que explicar el "para qué" del test, dejando claro que el objetivo es construir un mejor lugar para todos y que no habrá ninguna represalia.

El anonimato es innegociable. Apóyate en herramientas externas, como plataformas de encuestas online, que garanticen la confidencialidad total. Cuando los colaboradores saben que su nombre no está en juego, se sienten con la libertad de decir lo que de verdad piensan.

¿Y si los resultados son muy negativos?

Primero, respira. Un resultado negativo no es un fracaso, al contrario: es una mina de oro. Significa que tu equipo confió en ti lo suficiente como para mostrarte dónde están las áreas de oportunidad. Te acaban de regalar un diagnóstico honesto.

El primer paso es comunicar los hallazgos generales (sin señalar a nadie) y agradecer la valentía de haber participado. Después, elige 1 o 2 batallas en las que enfocarte. Querer arreglarlo todo de golpe solo genera más ansiedad. Presenta los resultados como el mapa que necesitaban para empezar a construir soluciones juntos, no como un problema sin salida.

¿Necesito un experto para interpretar los datos?

No siempre. Aunque un especialista puede darle más profundidad al análisis, los líderes de equipo y los gerentes de RR. HH. tienen el pulso del día a día y pueden detectar los patrones más evidentes. No te compliques buscando correlaciones estadísticas al principio.

La meta inicial es más simple: ¿Qué departamentos parecen más afectados? ¿Qué quejas se repiten una y otra vez en las respuestas abiertas? El objetivo es encontrar esos "focos rojos" para tomar acciones rápidas y demostrar que estás escuchando de verdad.

Transformar los datos de un test de estrés en acciones que la gente pueda sentir es el paso que marca la diferencia. En Zen to Go, somos tus aliados para diseñar programas que van directo a la raíz del problema, como los masajes corporativos en silla o escritorio, que combaten el agotamiento físico de forma tangible. Descubre cómo podemos ayudarte a construir una cultura más sana y, por lo tanto, más productiva.

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